Requerimientos para edificios energéticamente eficientes - consecuencias para el mercado inmobiliario

En el curso del cambio energético, la obligación de rehabilitación está cada vez más en el punto de mira. Esto podría tener un impacto en millones de propiedades residenciales. Según el Parlamento Europeo, todos los edificios residenciales de la UE deberán alcanzar al menos la clase energética E a partir de 2030 y la clase energética D a partir de 2033. Alemania también está planeando la Ley de Energía en la Edificación, que supondría que los tipos de calefacción con combustibles fósiles dejarían de estar permitidos. Las resoluciones aún no se han aprobado, pero los requisitos en materia de eficiencia energética son cada vez más estrictos y plantean retos tanto a los propietarios como a los futuros compradores.

Como consecuencia, la necesidad de asesoramiento ha aumentado enormemente y los plazos de comercialización se alargan. "Los futuros compradores acuden a nosotros con muchas preguntas: desde el tipo de calefacción hasta la posibilidad de conectar una bomba de calor, pasando por las subvenciones estatales. También se solicita con más frecuencia el certificado energético", explica Andreas Gräfenstein, director de oficina de VON POLL IMMOBILIEN Berlin Treptow-Köpenick. Y continúa: "Por lo tanto, los valores energéticos de una propiedad están desempeñando un papel cada vez más importante para los posibles compradores - también con el fin de utilizar las inversiones asociadas para las negociaciones de precios."

Esto también está teniendo un efecto sobre los precios inmobiliarios. En la actualidad, los precios de los inmuebles que necesitan reformas y de los edificios más antiguos con una clase de eficiencia energética baja están bajando significativamente: entre un 10% y un 30% en comparación con el año anterior, dependiendo del estado energético. Sin embargo, esto se aplica más a las propiedades en ubicaciones B y C. Los inmuebles residenciales en ubicaciones A y de año de construcción más reciente apenas se ven afectados en la actualidad. Así que sigue siendo válido el viejo credo del sector inmobiliario: ubicación, ubicación, ubicación.

"Recomendamos a los vendedores de inmuebles que ajusten sus expectativas de precios a la nueva situación, ya que los posibles compradores también tienen que hacer frente a costes más elevados que a principios de 2022. Además, los propietarios deberían buscar asesoramiento detallado antes de la venta final sobre si, por ejemplo, merece la pena sustituir el sistema de calefacción, instalar nuevas ventanas o mejorar el aislamiento. A veces, una reforma antes de la venta puede merecer la pena", afirma el director de la oficina de Name.

En la situación actual, el asesoramiento profesional de expertos es lo más importante, tanto para los posibles compradores como para los vendedores. Sólo de esta manera se puede estimar con precisión una posible necesidad de renovación y los costes resultantes.

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