Los divorcios o las separaciones suelen ser el final de una fase estresante de la vida: la unión termina en una disputa por cosas materiales. Esto hace que sea aún más importante separar lo emocional de lo fáctico y encontrar la mejor solución para la propiedad inmobiliaria conjunta.
Un asesor inmobiliario neutral es una ayuda valiosa en esta situación. La mejor solución se desarrolla a través de una cuidadosa consideración de todas las opciones. Pero antes, los socios deben saber qué es lo que realmente está en juego. Por lo tanto, el primer paso es una valoración neutral por parte de un tasador, perito o agente inmobiliario independiente y con experiencia.
Estas son las posibilidades:
- Un socio se hace cargo de la casa o el piso y liquida al otro.
- Se vende la propiedad y se divide el beneficio.
- Se transfiere la propiedad a un hijo común.
- Se divide la propiedad en dos unidades independientes. Esta llamada división real es más bien rara porque los bienes inmuebles son difíciles de dividir y la mayoría de las veces requieren medidas de reconversión.
- Los bienes inmuebles permanecen en posesión de ambos socios, son alquilados y administrados por otros. Los ingresos se reparten.
- Si no hay voluntad de llegar a un acuerdo, la última opción es la subasta de la partición, que no es muy atractiva porque los socios renuncian a parte de su libertad de acción y probablemente reciban menos que en una venta libre.
Los asesores de VON POLL IMMOBILIEN a menudo pueden ofrecer sugerencias para una solución viable, el uso futuro o la realización después de la primera vista.
Por ley, las parejas casadas que no han acordado expresamente lo contrario viven en el régimen económico matrimonial legal de la comunidad de ganancias. En caso de divorcio, los bienes adquiridos durante el matrimonio se equiparan económicamente entre los miembros de la pareja. Para el cálculo de esta equiparación de plusvalías, es necesario un dictamen pericial sobre el valor de los bienes materiales.
La persona que firmó el contrato bancario es responsable de una hipoteca que sigue vigente. En la mayoría de los casos, se trata de ambos socios. Para el banco es irrelevante que la pareja esté casada o divorciada.
Dependiendo de la situación personal, algunas de las posibilidades mencionadas se descartan desde el principio: Por ejemplo, suele ocurrir que ninguno de los dos socios esté en condiciones de pagar al otro. La división inmobiliaria también fracasa a menudo porque es prácticamente imposible crear dos unidades residenciales estructuralmente separadas.
La solución más lucrativa, fácil y rápida en muchos casos es vender la casa o el piso. Esto hace posible un nuevo comienzo para ambas partes sin ninguna obligación hacia la antigua pareja.
(Foto: © Barry D., Pixabay)